Máquina de café la spaziale (modelo S5 EK) de dos grupos.
Dimensiones:
Frente: 77 cm
Ancho: 53 cm
Alto: 52 cm
Peso: 65 Kg
Capacidad de la caldera: 10 lt
Potencia: 3500 W. Voltaje: 220V.
Caracteristicas:
- Máquina de café electronica con dosificacion programable.
- Auto-nivel electronico
- Visualizador de temperatura de caldera por leds luminosos
- Alarma de anomalias de funcionamiento
Ayuda de ventas:
- Las máquinas espresso utilizan entre 7-10 gramos de café en el portafiltro.
- 1oz equivale a un espresso (30ml)
El arte de hacer un buen capuchino
Hacer un "cappuccino" se considera en Italia un verdadero arte y para protegerlo de posibles imitaciones se está preparando un proyecto de ley que dará "Autenticidad Certificada" sólo a los que respeten unas rígidas normas.
Ya que el capuchino como remarcan los expertos "no es un café con leche, ni un café con nata, sino que tiene siempre una densa espuma, no se sirve ardiendo y lleva leche fresca".
Por ello, el presidente de la Comisión de Agricultura del Congreso, Marco Lion, anunció el proyecto de ley que dará la marca de "Autenticidad certificada" a algunos productos italianos que respeten una disciplina en su elaboración.
Tras cientos de pruebas, se llegó a la conclusión de que el verdadero "cappuccino" está compuesto por 25 mililitros de café "Espresso" y 125 mililitros de leche fría montada con vapor, que pasará de los 3 ó 4 grados centígrados a los cerca de 55 grados centígrados.
La leche tiene que ser de vacuno y fresca con un contenido de proteínas sobre el 3.2 por ciento y el 3.5 por ciento de grasa, y montada -sólo la cantidad necesaria para una taza- en un recipiente de acero para evitar la mezcla con otros olores o sabores.
Y no sólo, porque también el aspecto de un capuchino es importante: la espuma tiene que presentar un color blanco y estar rodeada de un borde marrón, producido por el café, más o menos grueso.
Sobre esto, los expertos cafeteros dejan margen a la imaginación y permiten que la espuma, gracias a una especial técnica, pueda presentar decoraciones realizadas con el café.
Otro aspecto optativo es el "cacao", al gusto del consumidor que se tiene que añadir sólo al final de la elaboración.
Eso sí, no existen concesiones sobre la densidad de la espuma que tiene que ser "uniforme sin que exista una separación con el líquido", ni puede presentar "agujeritos o burbujas".
Otro aspecto importante es la taza, ya que los expertos aconsejan que tenga una capacidad de entre 150-160 mililitros y que no sea "extravagante" sino "clásica" para favorecer "el abrazo perfecto con el café".
Como cualquier buen vino, los "catadores" de capuchinos describen cuales tiene que ser sus características "sensoriales".
El "aroma" debe ser intenso, con "matices de flores y fruta" que se añaden a los ya presentes de "leche, cereales tostados, caramelo, chocolate y vainilla".
El "cuerpo" del capuchino se expresa con "la sensación delicada y suave de la nata" y con "una percepción esférica", todo esto apoyado por su sabor "amargo tenue, con una equilibrada acidez, casi imperceptible".
Hacer un "cappuccino" se considera en Italia un verdadero arte y para protegerlo de posibles imitaciones se está preparando un proyecto de ley que dará "Autenticidad Certificada" sólo a los que respeten unas rígidas normas.
Ya que el capuchino como remarcan los expertos "no es un café con leche, ni un café con nata, sino que tiene siempre una densa espuma, no se sirve ardiendo y lleva leche fresca".
Por ello, el presidente de la Comisión de Agricultura del Congreso, Marco Lion, anunció el proyecto de ley que dará la marca de "Autenticidad certificada" a algunos productos italianos que respeten una disciplina en su elaboración.
Tras cientos de pruebas, se llegó a la conclusión de que el verdadero "cappuccino" está compuesto por 25 mililitros de café "Espresso" y 125 mililitros de leche fría montada con vapor, que pasará de los 3 ó 4 grados centígrados a los cerca de 55 grados centígrados.
La leche tiene que ser de vacuno y fresca con un contenido de proteínas sobre el 3.2 por ciento y el 3.5 por ciento de grasa, y montada -sólo la cantidad necesaria para una taza- en un recipiente de acero para evitar la mezcla con otros olores o sabores.
Y no sólo, porque también el aspecto de un capuchino es importante: la espuma tiene que presentar un color blanco y estar rodeada de un borde marrón, producido por el café, más o menos grueso.
Sobre esto, los expertos cafeteros dejan margen a la imaginación y permiten que la espuma, gracias a una especial técnica, pueda presentar decoraciones realizadas con el café.
Otro aspecto optativo es el "cacao", al gusto del consumidor que se tiene que añadir sólo al final de la elaboración.
Eso sí, no existen concesiones sobre la densidad de la espuma que tiene que ser "uniforme sin que exista una separación con el líquido", ni puede presentar "agujeritos o burbujas".
Otro aspecto importante es la taza, ya que los expertos aconsejan que tenga una capacidad de entre 150-160 mililitros y que no sea "extravagante" sino "clásica" para favorecer "el abrazo perfecto con el café".
Como cualquier buen vino, los "catadores" de capuchinos describen cuales tiene que ser sus características "sensoriales".
El "aroma" debe ser intenso, con "matices de flores y fruta" que se añaden a los ya presentes de "leche, cereales tostados, caramelo, chocolate y vainilla".
El "cuerpo" del capuchino se expresa con "la sensación delicada y suave de la nata" y con "una percepción esférica", todo esto apoyado por su sabor "amargo tenue, con una equilibrada acidez, casi imperceptible".
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